Una Mirada al Mundo Portugués

 

                                                                           

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El arco-iris de la Amazónia

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Los Psitaciformes están en peligro debido al comercio ilegal de huevos de esta especie y otras que están desapareciendo poco a poco de la selva amazónica.

Los guacamayos son protegidos por la Convención de Washington que prohíbe la venta de la fauna y flora en peligro de extinción siguen desapareciendo de su hábitat natural debido al comercio ilegal de esta especie y su desaparición de la selva. Cada año en Portugal se aprenden miles de huevos de varias especies de loros y guacamayos de Brasil protegidas por el derecho internacional, que alimentan de un lucrativo negocio que asciende a miles. Sólo para dar una idea, el guacamayo azul es uno de los más raros del mundo, sólo existen 3.000 ejemplares que quedan en estado salvaje en el Pantanal, pueden alcanzar hasta 50 000 euros en el mercado negro global. Por no hablar de los cientos de aves que mueren durante el transporte, a menudo en cajas con tapa falsa y sin ningún cuidado al menos el mejor envase para garantizar la supervivencia de las varias especies.

Números espantosos que sin embargo no impide, ni mueve a las lágrimas a las personas que compran a cada año en las tiendas de animales y en la Internet varias de estas maravillosas aves como mascotas, que no lo son. Una "pasión" que surgió en nuestro país, lamentablemente, a expensas de los descubrimientos. Hay informes de aves de hermosos plumajes que asombraban la corte portuguesa, eran aves de

Brasil. Se les consideraba un signo de riqueza en aquella época.

Los guacamayos se encuentran entre los pocos animales que son monógamos en la naturaleza, llegando a vivir hasta 50 años. Pueden alcanzar los 90 cm de longitud y pesar un kilo y medio. El mayor de todos es el guacamayo azul ya mencionado, que puede medir hasta 1,10 metros de altura. Las parejas tienen uno o dos huevos al año y sólo vuelven a reproducirse después de los polluelos abandonan el nido. Un proceso que puede durar unos dos años, lo que contribuye aún más para su desaparición en la naturaleza.

La preservación de especies en peligro de extinción depende sólo a veces un pequeño gesto de nuestra parte. Una actitud cívica. Si quieres disfrutar de la belleza de estos animales en su estado más salvaje, el único gesto que puede salvar a los guacamayos no es la compra de estos hermosos ejemplares. Basta un primer paso para recorrer un camino. Haga esto, y valla a disfrutar con sus hijos la película de animación Río.

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