Las fiestas universitarias son una preocupación ambiental, los municipios portugueses, junto con los ciudadanos más proactivos y entidades privadas encuentran soluciones sostenibles al problema.
Noticias publicadas recientemente dan cuenta de la iniciativa de un joven windsurfista, Jorge Fernando Paiva, que procedió con un grupo de voluntarios a una limpieza del fondo del río Mondego de 214 carros de supermercado, un total de 3 toneladas de plástico y metal. Durante tres días, con una lancha y una plataforma donado por la Asociación Académica de Coimbra (AAC), 64 de estos objetos se recogieron en el lecho del río y 150 más fueron localizados en la orilla, que fueron simplemente abandonados después de las celebraciones académicas. Para resolver la situación, Fernando Paiva, en conjunto con el municipio local y los hipermercados, ofrecierón a los estudiantes una solución alternativa, más respetuosa del medio ambiente, por lo que tal comportamiento no se repita, fueron puestos en varias partes de la ciudad 6 parques de entrega voluntaria de los carruitos de supermercado. Pero eso no es todo, este año, se produjeron 18 toneladas de residuos sólidos, sólo en el día de la cortejo de la queima de Coimbra. Desafortunadamente este y otros escenarios no son caso único de la región central, las fiestas universitarias, en todo el país son una de las mayores pesadillas logísticas de varios municipios portugueses, que han buscado soluciones más sostenibles para el problema, a través de asociaciones con empresas privadas vinculadas a la industria del reciclaje y organizaciones ambientales. Pero, aquí van los números. Al norte, el Ayuntamiento de la ciudad de Oporto se unió LIPOR dentro de una estrategia de recuperación de materiales múltiples y emprendió la separación selectiva de los residuos producidos por los estudiantes a lo largo de la semana académica que envuelve 35, 000 000 estudiantes, se recogieron 45 toneladas de basura para reciclar. De los cuales el 56% eran de madera, seguido de vidrio que fue de alrededor de 28%, el 8% de plástico y metal, 5% de plástico y, finalmente, el papel del 3%. Hacia el sur, en Lisboa, por primera vez este año, gracias a una iniciativa ambiental de la sociedad de punto verde, la mega-fiesta de bienvenida del estudiante de primer año les permitió recoger 1,5 toneladas de envases de vidrio y 700 kg de desechos que fueron enviados a la recuperación de energía .